DETENCIÓN ABITRARIA
Miércoles negro.
La noche del miércoles 5 de jueves fue muy oscura. La policía detuvo a Cristian Galván, quien conducía su vehículo rojo, fue increpado por otra persona desde un automóvil gris. Varias cámaras de video, en calle Perón y Belgrano, registraron el hecho. Ahora no estarían disponibles.
Galván intercambió palabras con la otra persona para aclarar el hecho. La policía llegó al lugar, eran más de diez. JustelPost presenció la detención.

Galván fue aprehendido. Pretendían secuestrar su automóvil rojo. La otra persona quedó en libertad.
El abuso del poder debe ser minimizado.
Debió estar demorado por 24 horas, pero Galván estuvo siete días en la Seccional 40.
El fiscal Carlos Vega tomó declaración, hubo interrupciones. “Mi derecho fue pisoteado. La policía me denunció. Había dicho que denunciaría a los uniformados esa noche. Esto detonó el problema”, dice Cristian Galván.
El detenido estaba con su familia cuando fue agredido.
OBSERVACIÓN
Los policías se sienten amenazados por la denuncia, y detienen por supuesta resistencia a la autoridad.
El fiscal Carlos Vega no habría dejado leer la declaración de Galván, quien no la firmó. Pero recuperó la libertad.
¿Quién controla el accionar de los fiscales de instrucción penal? El jefe inmediato: el santiagueño Luis de la Rúa.
Carlos Vega es fiscal a dedo. Provisorio. En la ciudad existen otros cuatro con identica situación. Por lo tanto, ellos son ideales para recibir órdenes políticas.
La solución. Los fiscales titulares deben pasar por el Consejo de la Magistratura.