Por Jorge Bitar, politólogo

En su primer año de gobierno de Javier Milei parece haber sorprendido a propios y extraños. Su principal logro fue haber evitado una posible hiperinflación. Superado ese escollo a capa y espada, mantuvo su política de reducir el déficit fiscal para ajustarse a las metas impuestas por el FMI. Sin embargo ese superávit fiscal se sustentó en gran medida a costa de la pérdida, en términos reales, de los disminuidos haberes jubilatorios.

Milei es el clásico antihéroe, es Carlos Menem remasterizado, el riojano prometía “salariazo y revolución productiva” y terminó privatizando todas las empresas públicas dejando a millares de trabajadores en la calle, quienes luego se transformarían en piqueteros y necesitados de un haber jubilatorio sin completar sus aportes, sino a través de moratorias.

El presidente Milei por su lado prometió “dolarización y cierre del Banco Central” o viceversa, aunque lleva tan sólo un año, todo parece indicar que se iría a una canasta de monedas.

En ambos planes económicos de estabilización monetaria para reducir la inflación endémica que padece nuestro país, necesitan de la inyección de capitales vía inversión privada, mayores exportaciones y endeudamiento internacional y nacional.

Brasil y Argentina aplicaron en los 90 controles monetarios y fiscales, el Real hoy cotiza a 6 y nuestro peso a 1040 oficial. El 1 a 1 de Domingo Cavallo desembocó en la crisis de 2001, no debemos repetir esa historia que fue desastrosa para millones de compatriotas.

A diferencia de Menem, Milei no cuenta con un Congreso de la Nación a fin a sus intereses, debe conciliar con otros partidos desmembrados en distintas expresiones. En esa línea argumentativa tanto el peronismo, el radicalismo y hasta el mismo Pro no son bloques homogéneos u orgánicos.

A pesar de estar en minoría, durante el primer año de Milei, el Congreso de la Nación tuvo más trabajo legislativo que en el último año del expresidente Alberto Fernández.

Desde el gobierno se proyecta una inflación de alrededor del 25 por ciento para el presente año, de ser así llegarán con buenas chances para la elección de octubre sumado al hecho político de votar con boleta única y evitar el “robo de las boletas”.

¿Será la economía, estúpido?

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